PRODUCCIÓN OVINA EN MONGUA, UNA ALTERNATIVA SOSTENIBLE
En Mongua, Boyacá existe la Asociación Huerto Alto Andino (AHAA), una organización donde las mujeres campesinas están trabajando para fortalecer su economía a partir del trabajo en la huerta y con especies menores animales.
María de los Ángeles Rodríguez Velandia y Teófila de Jesús Rodríguez Velandia son dos hermanas, de 70 y 67 años respectivamente, asociadas desde hace seis años a la Organización Huerto Alto Andino (AHAA) en Mongua, Boyacá. Tras levantarse a las 5:30 de la mañana, prender la estufa es la primera actividad que hacen para iniciar labores en compañía de un buen café. Las dos han permanecido juntas desde la muerte de sus padres hace 35 años. Los últimos 12 años las acompaña Renzo, un perro Pastor Alemán que ayuda con el cuidado de las ovejas. Una de las principales actividades que desarrollan es la cría de especies menores entre ellas la crianza de ovejas: “Desde que existían mis padres, nosotras criamos ovejas. Teófila y yo teníamos como 12 años y ya nos tocaba ir a ponerles pasto. Nos gustan porque son fáciles de manejar, el frío no les hace mal y se pueden cuidar en espacios pequeños”. Con el apoyo del proyecto seguridad y soberanía alimentaria apoyado por SWISSAID, se aumentó el pie de cría (de 3 a 7 en el primer año), además, se mejoraron las condiciones de alimentación, construcciones de instalaciones y mejoramiento genético de la raza, a partir del cordero de raza Hameshair que pertenece a la asociación. “De hecho, en la feria ovina regional del 2016 nos ganamos el premio a mejor borrega de 0-6 meses, de 14 rebaños o fincas participantes. Sin nombrar que tres productoras más de la AHAA ganaron también premio en las categorías mejor hembra de 2 años, mejor hembra adulta y mejor macho joven (de 0-6 meses)”.
¿Qué tan importante es la cría de ovejas?
“¡Mucho! aunque mi sobrino entiende del tema, con el apoyo técnico que nos da SWISSAID, hemos mejorado nuestras instalaciones, se tiene una mejor alimentación y manejo.
Antes los animales dormían en el pantano y los corderitos que nacían se morían del frío, la lana que se esquilaba era de muy mala calidad, porque permanecía muy sucia, lo que hacía que solo se lograra vender uno o dos corderos al año y de muy bajo precio.”
¿Desde cuándo crían ovejas?
“Nuestros padres tenían ovejas, el primer regalo que le daban a uno al nacer era un chivo. Yo aún tengo el que me dio mi madre como semilla, ya hace más de 60 años. De pequeñas nuestro oficio era cuidar las ovejas, aunque antes no había instalaciones, nuestros padres hacían corrales en los predios para luego arar y sembrar la papa. De las ovejas se sacaba la lana para vestir a toda la familia, hasta 17 personas por familia, también lo intercambian con algodón que se conseguía en La Salina. Mi madre tejía y nos hacia los vestidos tanto a hombres como a mujeres, también manteles. Se hacían faldas para las mujeres y los trajes de los hombres se llamaban Calamaco. Siempre nos inculcaron el cuidado por la naturaleza, no nos dejaban cortar ni una mata. Ellos fueron quienes nos transmitieron todos los conocimientos frente a sembrar, a manejar la luna, hacía sus experimentos en la finca. Yo podría decir que nos criaron abrigadas con la lana de oveja. Sin embargo, la crianza era muy rudimentaria y los tiempos para sacar un cordero al mercado eran largos. Después de conformar la AHAA aprendimos a llevar registros, a sembrar forrajes específicamente para las ovejas y a verlo como un renglón importante de la economía de la familia.”
¿Qué cuidados especiales se deben tener con las ovejas?
“Es muy importante no sacar las ovejas muy temprano, ya que en las horas de la mañana los parásitos están en las puntas de los pastos y es más fácil que las ovejas los adquieran, específicamente el gusano del estómago (Haemonchus contortus), que impide que el animal absorba los nutrientes; al salir el sol, los parásitos bajan a la raíz y así las ovejas se parasitan menos. En nuestra finca realizamos esta práctica desde hace 4 años y con ello se ahorran costos en desparasitantes; Por eso, el capacitarnos ha sido una gran fortaleza, porque hemos aprendido a mejorar la producción. La esquilada se hace a los 8 meses por primera vez, teniendo en cuenta que la luna esté gruesa (4-6 días después de luna llena) y que esté bien nutrida, el segundo es a los 10 meses, pero que no se pase (lana de color amarillo en la raíz).”
¿Qué porcentaje de su economía representan las ovejas?
“El dinero que ingresa a la casa es por las ovejas, las vacas y los conejos, no obstante, el invernadero ahora nos está surtiendo (de ahí se venden entre 2.000 y 4.000 pesos diarios de hortaliza, es decir unos 120.000 al mes). Con las ovejas se venden unos cuatro corderos al año, que suman un millón de pesos, y en lana se reciben entre 250.000 y 300.000 pesos por año. Por los conejos se reciben unos 600.000 pesos al año, de la venta de diez conejos aproximadamente, que casualmente es el mismo dinero que se recibe por la venta de leche de las tres vacas; así que podría ser un 30 % lo que representan las ovejas.”
¿Cómo considera el apoyo de SWISSAID?
“El apoyo de SWISSAID ha sido muy valioso para nosotras, triste decirlo, pero ni el estado nos han capacitado y apoyado, ni nos ha contribuido como lo hace la AHAA, la asociación se convierte en otra familia de nosotras. No solo el apoyo técnico, si no la integralidad que se tiene en todo el proceso. Hoy somos más organizadas, creemos que la finca nos puede dar lo que necesitamos y que se puede vivir muy bien en la finca.”
Artículo escrito por: Dubian Giraldo Cardona. Zootecnista UCO. Equipo Técnico Swissaid
Fotos: Dubian Giraldo