• febrero 5, 2016
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DIVERSIDAD DE OPINIONES DE LOS CUSTODIOS, GUARDIANES Y AMIGOS DE LAS SEMILLAS

Primero. El Viaje. “Yo salí a las cinco de la mañana de mi casa, para poder coger el bote y bajar hasta el pueblo; es hora y media hasta Caicedo. De ahí cogimos carro hasta Mocoa y otro hasta Neiva, pero para no coger la línea de noche, dormimos en Neiva y reanudamos el viaje de nuevo en la mañana a las cinco y media, para Ibagué, donde llegamos a las diez y media y nos subimos a otro carro para Armenia. Duramos cuatro horas subiendo la línea. Después de llegar a Armenia tomamos para Pereira, llegamos en la tarde y de ahí salimos para acá, para Riosucio.

Llegamos a las siete y media de la noche. Fue un promedio de dos días viajando para llegar al encuentro”. Comenta Juan Carlos Potosí, de la organización nuestra señora del Carmen, proyecto de Fastenopfer en Puerto Caicedo, Putumayo. De esta forma, en igual, mayor o menor medida fue el recorrido que realizaron los custodios de semillas para llegar al Convite de Custodios de Semillas Criollas y Nativas en el Resguardo indígena de Cañamomo y Lomaprieta, Riosucio, Caldas, realizado del 25 al 27 de junio. En el resguardo se reunieron campesinos y campesinas, indígenas, afrodescendientes, estudiantes, personas interesada en las semillas y con interés de aprender del intercambio que se llevó a cabo. Las jornadas se dividieron en charlas temáticas y mesas participativas expuestas en plenarias sobre los sistemas ancestrales de producción de semillas; conservación y almacenamientos; comercialización y construcción de redes de intercambio de semillas. Se visitaron las fincas de los custodios del resguardo y también se hizo la segunda reunión general de la Red de Semillas Libres. Todo esto precedido por rituales de armonización acompañados por los médicos tradicionales del resguardo. El último día cerró con la Feria y Trueque de Semillas, Comidas y Saberes, en el parque del municipio. Al Convite llegaron alrededor de 350 personas desde la mayoría de las regiones del país, ¿qué los motivó a realizar un viaje entre las cordilleras, llanuras y valles de Colombia para llegar al encuentro? “Me motivó el viaje porque estoy trabajando en las huertas y quería aprender y conocer cómo es esto. La verdad me ha sorprendido, me ha gustado. Quiero es aprender y motivar a las demás personas que no están en el proyecto de huertas”, continúa Juan Carlos. Desde el oriente del país, el señor Hector Pinzón, de la Cooperativa Multiactiva Agropecuaria del Guaviare, Cooagroguaviare, relató: “yo hice un recorrido de dos días viajando,  fue un recorrido supremamente agotador, pero es como el incentivo, el esfuerzo que hacemos nosotros con el fin de poder aprender, de llevar iniciativas, de llevar experiencias, de cómo replica allí en las comunidades. Hay una grande expectativa respecto a lo que se pueda llevar a las comunidades.” Se resalta de esta participación que este viaje no tuvo apoyo de parte de una ONG, si no que por sus propios intereses se desplazaron al encuentro. Y así es, cada una de las personas que participaron del convite vinieron con todos sus sentidos alertar para aprehender, como cuando se toma una foto, saberes y prácticas que están realizando sus compañeros y compañeras de las demás regiones del país. También para compartir cómo viven su día a día con sus matas, con las plantas, con la huerta, las semillas; consejos y cuidados que les han funcionado y deseaban que fuera conocimiento público, para que todas las siembras den buena cosecha. Como el consejo de Justino Gonzáles, técnico de los proyectos de la Región Pacífico acompañados por  SWISSAID.  “Cuiden las semillas que tienen, hagan intercambio pero cambien con las semillas de las otras comunidades que hace rato vienen trabajando tradicionalmente; y siempre y cuando sean semillas de la misma región o zona. Traten de seguir conservado la agricultura orgánica, esa es la que nos puede dar mejor vida; es la que nos va a conservar una niñez sana, nos va a levantar unos niños y niñas buenos; porque vamos a tener una mejor calidad de vida, así que conserven todo eso.” Segundo. El motivo. “Estamos reunidos mucha gente, campesinos, indígenas y afros; defendiendo nuestra semilla, porque sabemos que a través de estas semillas orgánicas es nuestro vivir por largo tiempo en esta tierra. Y estamos luchando por nuestros hijos que para el día de mañana nuestros hijos van a estar con nuestras semillas y ellos van a ser los que van a seguir cultivando y luchando por las semillas ancestrales que dejaron nuestros abuelos” Estas son las palabras con las que respondió Cayetana Almedra, Mizak-Guambiana de la Asociación Comunitaria Ñimbe, de Silvia, Cauca, cuando se le preguntó qué son las semillas para ella. Las semillas, el punto de rotación del convite, el motivo del encuentro. Por tal razón se preguntó entre los asistentes para ellos y ellas qué son las semillas y la gran conclusión a la que se llegó fue: “¡La semilla es vida!”

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